La transición del mundo de los combustibles fósiles a las energías renovables debe acelerarse rápidamente, ya que el peligro que supone el aumento de las temperaturas globales crece día a día. Se prevé que las temperaturas aumenten más de 2 grados centígrados si no se cumplen rigurosamente las ambiciosas promesas climáticas hechas en el período previo a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2021. Este aumento llevaría a las temperaturas globales por encima del peor escenario establecido en el Acuerdo de París, así como más allá del umbral visto por cualquier civilización humana en la historia.
Las energías renovables desempeñarán un papel importante en la disminución de la dependencia mundial de los combustibles fósiles, que son la principal fuente de emisiones de gases de efecto invernadero que están acelerando el calentamiento global. Sin embargo, los combustibles fósiles están fuertemente imbricados en la base de la economía mundial. La producción de ropa, el cultivo de cosechas y el suministro de energía a las casas conllevan operaciones que incluyen el uso de sustancias químicas peligrosas como el petróleo crudo, el gas natural y el carbón.
Una década después de su creación, el consumo mundial de energía se ha multiplicado por diez, aunque los combustibles fósiles siguen representando la mayor parte de las necesidades energéticas del mundo. Del uso total de energía, la producción industrial consume el 33% de toda la energía utilizada. Después del transporte, los principales usuarios de energía son los hogares y las empresas. Para evitar un calentamiento global catastrófico que tendría consecuencias a largo plazo para las generaciones futuras, hay que revisar inmediatamente la estrategia energética actual.
Si todo va bien, cuando enciendas las luces dentro de 30 o 40 años, la energía que alimenta tu casa para obtener la electricidad será generada por las renovables. Las decisiones que tomen el sector privado y el gobierno en un futuro próximo serán fundamentales para alcanzar este objetivo ambicioso, pero factible.
Cuando los combustibles fósiles que contienen carbono se queman, emiten dióxido de carbono e interactúan con el oxígeno de la atmósfera. Estos gases de efecto invernadero son los culpables de la „inestabilidad térmica“, que está provocando un aumento de los fenómenos meteorológicos extremos, como la sequía, los incendios forestales y la subida del nivel del mar.
Los científicos descubrieron que, desde el inicio de la Revolución Industrial en el siglo XVIII, las concentraciones de dióxido de carbono en la atmósfera han aumentado un 49%, más que en los 20.000 años anteriores, con una temperatura media de la superficie de al menos 1 grado centígrado.
El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas ha advertido que un aumento superior a 1,5 grados centígrados, considerado la proyección de calentamiento más prudente, provocaría un aumento de las catástrofes naturales. Pero no sólo está en juego la supervivencia económica, ya que las catástrofes relacionadas con el clima siguen causando estragos. La vida humana también estará en peligro.
Se avecinan tormentas más potentes, incendios forestales y lluvias. Afortunadamente, la transición a las energías renovables consiste en garantizar que las cosas no empeoren. Las reservas de la gente respecto a la capacidad del mundo para pasar a una base energética diferente ya han sido desmentidas. La energía solar y la eólica, que son baratas y sostenibles, tienen el potencial de convertirse en la fuente de energía dominante.
Según los científicos, será necesaria una „gran transformación social“ para alterar la dirección del calentamiento global. El mundo está muy lejos de convertirse en una economía con cero emisiones de carbono, pero durante los últimos veinte años la innovación ha hecho bajar los costes de las energías renovables mientras aumentaba la demanda. El sector industrial soporta la mayor parte de la carga, pero incluso algo tan básico como pasar de las cocinas de gas a las eléctricas en los hogares tendrá un impacto significativo a largo plazo.
Además, los habitantes de las ciudades pueden contribuir al esfuerzo de conservación montando en bicicleta, caminando o utilizando el transporte público, cambios que beneficiarán a todos los habitantes al proporcionar un aire más limpio y menos ruido. Los que conducen pueden optar por los vehículos eléctricos, reduciendo los 337 millones de galones de petróleo que utilizan los estadounidenses cada día.
Sin embargo, la lucha contra el cambio climático va mucho más allá de las elecciones individuales de estilo de vida. Incluso será necesario abandonar materiales de construcción como el acero y el hormigón, que representan alrededor del 20% de las emisiones mundiales de dióxido de carbono.
En el futuro, también habrá una mayor dependencia de las baterías. Algunas se utilizarán para almacenar energías renovables, como la eólica y la solar. Además, el coste del ion de litio ha bajado un 97% en las últimas tres décadas, lo que hace más económico el uso de las baterías. También habrá que invertir en otros recursos naturales, como el cobalto, para cultivar fuentes de energía sostenibles.
A pesar de lo buenas y prometedoras que son estas alternativas, no son suficientes. Afortunadamente, un reciente avance ha proporcionado a la humanidad una solución largamente esperada y fiable para la actual crisis energética, que traerá consigo cambios más sustanciales y nos permitirá vivir en un mundo mejor y más respetuoso con el medio ambiente en los próximos años. Este avance es la Neutrinovoltaica.
Esta solución está aquí gracias al Neutrino Energy Group, que se centra en el aprovechamiento del poder de los neutrinos y otras radiaciones no visibles y que actualmente trabaja intensamente en la mejora de su Tecnología Neutrinovoltaica para asistir a la energía que ahora producen las energías renovables.
Al contrario que otras fuentes de energía renovable en términos de eficiencia y fiabilidad, la tecnología neutrinovoltaica no tiene las mismas deficiencias. Debido a que los neutrinos son capaces de atravesar casi todos los materiales conocidos, las células neutrinovoltaicas no requieren la exposición a la luz solar para funcionar eficazmente. Son apropiadas para su uso tanto en interiores como en exteriores, así como bajo el agua, lo que las hace muy versátiles.
Esta tecnología no se ve afectada negativamente por la nieve u otras inclemencias del tiempo debido a la simplicidad con la que las células neutrinovoltaicas pueden ser protegidas mientras producen electricidad. Dado que las células neutrinovoltaicas no dependen de la luz visible para su funcionamiento, pueden seguir creando la misma cantidad de energía incluso si el número de horas de luz del día disminuye considerablemente. Los sistemas neutrinovoltaicos ofrecen un suministro constante de energía, ya que no se ven afectados por los cambios en el medio ambiente o los cambios estacionales.
Además de hacer posible el desarrollo de fuentes autónomas fiables de suministro de energía, la tecnología neutrinovltaica proporcionará a la humanidad a escala global una nueva fuente de energía barata y segura, respetuosa con el medio ambiente, liberándonos de los dictados no sólo de las empresas de suministro de recursos, sino también de las corporaciones de petróleo y gas, mediante su adopción generalizada en nuestra vida cotidiana. Y no se trata simplemente de otra ronda de avances técnicos; es una revolución en el sistema convencional de suministro de energía, que tendrá un profundo impacto tanto en el futuro crecimiento económico de nuestra civilización como en el bienestar medioambiental de nuestro planeta.
